Vi@j3s
Los viajes son una cosa y las vueltas de los viajes son otras, el tiempo que hayas pasado fuera tiene mucha fuerza en como pueda afectarte, no obstante hay una cosa que nunca cambia y que siempre es tremenda, cuando te has ido tu pareces acusar mas que nadie que has estado fuera, y en el momento de partir especialmente de un sitio en el que has estado de poco resulta irritante, prácticamente escuece el ver como todo fluye y sigue sin ti, como apenas se altera, como el transcurrir es largo y tú una piedra que han tirado al agua y el agua rápidamente se ha tragado, las vueltas pequeñas como la mía de este viaje, producen una nostalgia mínima, apenas una punzada, las vueltas gigantes después de meses o semanas son otro trance, un puente demasiado largo en el que nunca pareces llegar al otro lado. El cuerpo viaja más rápido que el alma, cuando vuelves de lejos, de tiempo, tardas mucho en volver realmente, sigues la mecánica de los días, del tren, pero pasan muchas horas y normalmente se suele entremezclar con hablar del lugar en el que estuviste, recordarlo y, entonces la nostalgia es como una amenaza caliente que te acompaña, estos viajes y estas vueltas no son los viajes de trabajo de rutina, dependiendo de los trabajos los viajes tienen color o simplemente gestos plegables, en los que coger un coche, un taxi o un avión, saltos, comes sin ganas, comes con ganas, sueltas el hambre, te metes en una cama de una habitación a ser posible con vistas y una televisión que no es tú televisión, hay gente a la que le parece triste a otros le resulta liberador, los hay que incluso dicen que la gente que tiene que viajar tanto por trabajo no pueden quejarse porque implica un bienestar, un nivel, un conocer, es mentira… estas personas son los viajantes de nuestro tiempo, están enganchados a un billete de avión y a un bono de hotel y, suelen hacer un balón tremendo mientras están fueras de sus casas, sus sofás, sus duchas… si no estas de acuerdo por favor no me lo tengas en cuenta, me prometí a mi misma que la mía siempre seria una visión parcial, subjetiva, concreta y cargada, solo así valdría la pena, por eso se que es probable que muchos penséis que no es cierto, pero todavía tenemos la suerte de no tener que estar siempre de acuerdo. Yo tuve una época en que las personas que vivían a mi alrededor creían que vivía en Madrid y viajaba a Nueva York, y era justo al revés, vivía en Nueva York y viajaba en Madrid, y lo que hacia en Madrid era correr todo lo posible para volver a mi casa, por eso recomiendo que viajéis, que probéis, que aprendáis idiomas extraños y juguéis a ser de otro sitio, abrir mucho los ojos y los oídos, comeros el mundo, se puede, yo he probado… te atragantas, te cansas, te hastías, pero se puede… no tengáis miedo, nada de fuera puede hacerte daño si dentro hay un poquito de tranquilidad, las vueltas a lo no deseado acaban en despedidas para siempre, y las urgencias de partir deberían acabar en un cambio de vida, en un cambio de lugar, no es fácil y puede asustar pero a los otros, los que manda, los que ejercen les gusta decirnos que no es posible, lo hacen porque realmente no es tan difícil, y si todos decidiéramos no tenerlos en cuenta reinaría la anarkía, sin embargo cuesta, cuesta mucho, porque hay que elegirlo y arriesgar, que no se os escapen los días porque os asusten, arrancar el susto, los cambios pueden ser posibles. Yo he sido, yo soy muy afortunada y he podido hacerlo, pero sé de muchos lobos con menos fortuna que también lo han hecho… ya ves, yo quería hablar de las vueltas de los viajes y he acabado hablando de los cambios de la vida…
...Noche de Lobos...
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