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CaJa De ReCuErDoS

           Deyanira guardaba con recelo su día a día en esa caja que un día le regaló su abuela… esta estaba repleta de momentos de su vida. Si pasaba por el parque y la primavera ya dejaba ver sus primeros rayos del sol sobre una margarita, en el otoño ella la guardaba con mimo en su caja recordando con esta, sus días en esta estación, como la vio nacer y la protegió hasta que fue mayor para abandonar su nido familiar, como así se prometió que haría con su hermana menor, Irene  

Esta sin embargo era de otro pensar, veía a su hermana como cada día abría su caja con extrema sutileza, veía como observaba esa entrada de cine que compartió con su primer amor, la veía abrazar ese peluche que le regalo su madre por su primer cumpleaños o ese anillo que le dio su abuela, esa dedicatoria de aquella vieja amiga, aquel llavero que le regalaron en su fiesta de fin de curso, la letra de esa canción, que comparte con su actual pareja y la bailan haya donde la escuchen… da igual donde sea, si en el cine, en un bar o en plena calle, porque son cosas que le hacen recordar los momentos especiales que le brinda la vida, y ella, por supuesto no los desprecia…

Sin embargo no solo guarda las cosas que le recuerdan momentos bonitos, porque no solo de ellos se compone la vida. Esos son los que ocupan el fondo del cajón, aunque a veces los saca los primeros y ocupan este lugar, para recordarle que a pesar de las adversidades aún sigue viva y habiendo saltado aquellas trabas.

Irene no compartía ese hábito de su hermana, a ella no le resultaba bonito guardar una flor mustia que un día brillo en todo su esplendor, ella prefería guardar en una caja, que también le regalo su abuela, papeles que contenía escritas las cosas que poseyó y se le rompieron, se le desgastaron o las perdió, prefería un papel amarillo y con la tinta medio gastada por el tiempo, a algo antiguo que ya casi no le recordará lo que fue o simplemente anotaba el estado de animo que tuvo en un día, como: felicidad, tristeza, sorpresa, nervios, timidez, amor…

Un día Irene, le pregunto a Deyanira que sentido tenía el que encerrara esas cosas en una caja, que ella jamás haría semejante tontería, Deyanira le contó a su hermana que sabía que tenía una caja donde conservaba papeles en los que ponía como se había sentido en ciertos días y el nombre de los objetos mas significantes de su vida, le contó que en cierto modo hacía lo que ella, salvo que Deyanira conservaba las cosas, que aunque el paso del tiempo las debilitara, era más bonito y más recordatorio que ver un papel en el que pusiera felicidad, porque de felicidad hay muchos tipos, y leyendo un papel no recordaría con exactitud en que momento fue, como o porque fue, en cambio, ella con la flor que tenía en ese instante en la mano, cada vez que la saque recordará cada tarde con su amor, sentados en ese banco céntrico de parque, donde tenían por testigo esa flor que los observaba iluminados por el sol de la primavera…

 

   ((--> 3@ <--))

1 comentario

maktub -

Me encanta Pastora y el consejo que me has dado. Gracias. Y por supuesto me encanta leerte, pero eso siempre.

Un beso enorme.